Mi tatuaje representa una de las cosas más bonitas que se puede tener, una mascota. Es mi gatita Pelusa que es un pilar fundamental en mi vida, mi fiel compañera en los buenos y los malos momentos, la más traviesa, juguetona y cariñosa, y por eso quería tenerla en mi piel para toda la vida.
Llevo las huellas dibujadas por mí en el cuello. Son de mi gata que murió hace tiempo y lo era todo para mí, porqué en el cuello? Porque cada noche me abrazaba con las patas el cuello y ahí metia su cabecita. Cada noche dormía con el sonido de su ronroneo, fué un amor incondicional, me lamía mis lágrimas, siempre estaba a mi lado protegiendome. Era mi angel, mi todo. Su nombre ISIS.
Este tatuaje simboliza el amor por nuestras mascotas, mi hermana tiene un gato, yo un perro, ambas los queremos con locura y entre nosotras, por supuesto también. Desde pequeñas siempre hemos estado como el perro y el gato y esto nos describe a la perfección.
Estos tatuajes nos los hicimos mi pareja y yo por nuestro gatito Flash. Con solo 1año y poco enfermo de PIF, una enfermedad felina sin cura y finalmente, tuvimos que dormirlo para que no sufriera más. Fue el mejor amigo que una persona podía tener y ahora siempre estará con nosotros allá donde vayamos.
Siempre he tenido un concepto de la dualidad muy potente, entre el mal y el bien, entre la masculinidad y la feminidad que creo que todos llevamos dentro, entre la luz y la oscuridad, por ello siempre quise tener un yingyang, pero me parecía muy común. Mi mejor amiga se hizo uno de lobos, su animal favorito y a mí se me ocurrió hacermelo de mi animal más preciado, los gatos.
Desde pequeña, no tenía muchos amigos.
Siempre ocultaba todo a cualquiera que se intentase acercar a mi, por miedo a que como el resto, les pudiese caer mal sin ninguna razón, como a mis compañeros.
Pero mis dos niñas estaban cada mal día que pasaba en el cole esperándome, sin juzgarme, simplemente estaban.
Tras 16 y 18 años, ellas cruzaron el arcoíris pero siempre quedarán en mi.